Quienes somos?

En 1972 llegaba a Tres Arroyos una familia de obreros de la ciudad de mar del plata respaldada por el ministerio del Pastor Samuel Sorensen fundador del movimiento Cristiano y Misionero. Seguramente llegaban con dudas, preguntas y miedos, pero confiados en que el Dios que los había mandado no los iba a abandonar. En una de las primeras veces que nuestro pastor venia solo a reconocer la tierra, sintió la voz del Señor diciéndole “Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado”. Nuestro pastor se apoyó y aferro en esta palabra creyéndole al Señor y así se movió durante sus años en este lugar no con ideas, sino con palabras y visiones de Dios, como nos hace recordar David en el Salmo: “Sus caminos notifico a Moisés y a los hijos de Israel sus obras” siempre esperando una guía o una palabra para que el pueblo vea el respaldo de Dios. Fueron 40 años en los que nuestro pastor se esforzó en tener no una iglesia más sino una familia. Por esta causa compartía con la hermandad cada paso al que el Señor lo guiaba, desde comenzar una audición radial que permanece en el aire todavía hasta abrir obras y construir templos. A la vez sin dejar su ministerio evangelistico donde fue usado en milagros, maravillas y liberaciones, no solo en grandes campañas, multitudinarias para esa época, sino también desde el norte al sur de la argentina y aun en Bolivia, Chile, Uruguay y otros países de Latinoamérica con testimonios tremendos que todavía perduran, profecías que se cumplieron literalmente en cientos de vidas. Junto a su amada esposa era también requerido para enseñar en las obras del norte acerca de la vida de fe y la provisión mientras que la obra en este lugar seguía marchando y avanzando, la juventud lidera por nuestros actuales pastores, abrían barrios y pueblos, testificaban casa por casa en diferentes barrios de la ciudad, trabajaban para juntar fondos y recaudar para la construcción del tabernáculo y los demás templos, sin recibir subsidios, planes o ayudas de ningún gobierno en turno. Seguían llevando la palabra del señor a hospitales y geriátricos. A través de tantos años, siempre ministrados por la música, con los coros de niños, adolescentes y el coro principal de la iglesia. Seguimos oyendo de milagros, y estamos como decía nuestro querido Samuel, esperando el cumplimiento de las palabras del señor, aquí desde tres arroyos creemos en la palabra del Señor que como el Texto de éxodos dice: “Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y creían".